EL TIEMPO


Camino lentamente con decisión, mis pasos me llevan, me hallo ante el abismo, me asomo y pienso... pienso en el tiempo que transcurre, el tiempo que fluye, como granos de arena
se escurren entre nuestros dedos y caen al inmenso desierto dónde jamás podremos volver a atrapar esos mismos granos por mucho que busquemos.
El tiempo es esa anguila escurridiza que se nos escapa para volver al río, para seguir su camino.
Deseamos con ansia detener el fluir del tiempo, de las cosas... cómo Chronos, cernido con grilletes, lo arrastramos conduciendo la rotación de los cielos y el eterno paso del tiempo,
soportamos su peso y lo acarreamos en grandes mochilas repletas de vivencias y recuerdos que nos acompañan siempre allá donde vayamos.
Nos detenemos un instante para tomar aire, pero el tiempo no se detiene con nosotros, fluye a nuestro alrededor suspenso en el aire.
No podemos palparlo, ni degustarlo, ni olerlo, ni tan sólo verlo... pero lo sentimos y abrazamos nubes gaseosas y aire... la nada.
Nos aferramos a los últimos resquicios de juventud, de locura, soñamos, amamos...pero él no se detiene y en un instante han quedado atrás... muy lejos, tan lejos que ya no recordamos quien ni cómo éramos.
Y así nos paramos un instante y meditamos sobre el devenir de una vida... y como el tiempo fluyen las imágenes en nuestro interior.








Saphira